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AL FILO DEL INFIERNO:

JON MIKL THOR Y EL CANADIENSE CINE PSICOTRÓNICO

En los años 80, con el auge del hard rock más comercial, se intentó capturar de una forma totalmente estereotipada ese universo que engloba a bares, bandas, instrumentos eléctricos, groupies y fiestas. Se entendió cual reclamo extra para futuras películas de terror, en donde el público adolescente o juvenil era mayoría. Por lo general, y al tener la suma cogida con alfileres, los resultados solían ser del todo estrafalarios. Bizarras muestras de pechos, chascarrillos chuscos, canciones de los grupos metálicos de moda metidas en ráfagas sin sentido y poco o ningún cuidado por los efectos especiales. De hecho, esto daría pie a una serie B un tanto ampulosa en formas pero de fin la mar de predecible.

Estados Unidos exprimió este pomelo en repetidas ocasiones, por lo que Canadá –en un absurdo intento de rizar el rizo– no podía ser menos. Jon Mikl Thor, culturista y cantante del combo Thor, quiso aderezar su propio folletín fílmico en el que poder igualmente promocionar el rock duro fundido con heavy que pergeñaba su banda. Así fue como, tras aparecer en Loca Academia De Reclutas y Zombie Nightmare (ambas de 1986), se le ocurrió escribir el guión de una broma pesada que versara sobre un conjunto musical decidido a recluirse en una casa de campo con la intención de ensayar y componer canciones destinadas para su nuevo LP. La pandilla llevaría por nombre de The Tritonz, todo debido a que, en el postre de tamaña burla fílmica, John Triton (Jon Mikl Thor) se transforma en el arcángel Tritón, el intercesor. Un ardid para mostrar músculo y enfrentarse con el mismísimo Belcebú, el gran demonio que irá segando la vida de todos los habitantes de la bucólica granja a las afueras de Toronto.

Jon Mikl Thor seguramente pensó que si había podido actuar un año antes en un largometraje en el que se juntaba a Tia Carrere con Adam West (el mítico Batman de la teleserie), entonces todo estaba permitido en el batido de celuloide. De la banda sonora se encargaría, como era de esperar, su apuesta Thor –acreditados cual The Tritonz para dar un poco de verosimilitud al asunto; aunque luego fuese Jon el único representante del grupo escogido para abrigarse con el rol de músico junto a otros actores que se ponían en la piel del guitarrista, bajista, baterista y teclista–, mientras que la dirección quedaba en manos de John Fasano. Este profesional del medio sería más conocido por su labor como productor o escritor del screenplay de diversos vehículos para la gran y pequeña pantalla; como director tras la cámara se estrenaba con este esperpento que es Al Filo Del Infierno –editado originalmente en inglés tanto con el título de Rock ‘n’ Roll Nightmare como con el de The Edge Of Hell–, y su pulso de cineasta se mostró siempre a la misma baja altura que el resto del proyecto.

Y si el concepto de la trama es de carcajada, los diálogos no le podían ir a la zaga. A la pregunta de «¿qué se supone que hemos venido a hacer aquí?», Jon Mikl responde: «Ensayar, botarate. El maldito asfalto te ha derretido los sesos». Para continuar con un parlamento que más pareciese de empleado en cualquier embajada de Canadá: «En Toronto es donde está pasando todo: la música, el séptimo arte... ¡Todo!». Si a esto le sumamos unos monstruos de goma que ni en el pasaje del terror más rastrero, la cosa se transforma en puro festival de la risotada psicotrónica. 

**En el vídeo de Youtube que se incluye en este artículo podrás ver la película en castellano al completo.
       

¿Conocías a Jon Mikl Thor? ¿Cuál crees que es su aparición en la gran pantalla más estrafalaria? 

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